martes, 31 de marzo de 2015

Destino: Arazuri

Su primer paseo campestre

(Palacio de Arazuri)

Hoy hemos paseado, por la mañana, pero sin madrugar. Hacía un día estupendo: Sol, divino sol, buena temperatura y un aire refrescante. De modo que, al regresar a casa, la cabeza me hacía run-run y he decidido descubrir la nueva ruta desde Barañain hasta Arazuri por el  Paseo del Arga(aunque todavía no figura en su web).

Así que he cogido agua para Krispys, manzana Royal Gala para los dos, y hemos partido a la aventura. Nunca mejor dicho ya que hacía mucho, demasiado tiempo, que no hacía una cosa así.


Hemos comenzado bajando a la zona de barbacoas, un lugar grande, con césped, donde ha comenzado sus correrías. Poco después hemos llegado a la vera del río , y Krispys se ha metido alegremente a la corriente, un poco, y aquí ha terminado su aventura con las aguas. Espero que de momento.

Siguiendo adelante hemos atravesado este puente, con cuidado, ya que son muchos los paseantes en bici cuya velocidad no resulta la más adecuada, siendo además el tramo más estrecho y se perdía mucha visibilidad.

Camino llano, más bien pista, recién hecha, bordeado por el cultivo en un lado, y del otro el río Arga. Ruidoso, muy ruidoso, puesto que todavía se notan los efectos de las crecidas y la corriente se desliza con fuerza.

La confluencia del río Elorz y el Arga nos ha mostrado la curiosa imagen del barro que todavía
arrastra el primero, visible en su cruce con el segundo.


A estas alturas he tenido que atar al perrito porque el paso de bicis era constante, y no tenía ganas de bronca ni que tuviéramos un incidente. No  le ha hecho gracia, A mí, tampoco.


Más bien deprisa, con Krispys delante, tirando de mí, nos hemos ido acercando a nuestro destino. Poco a poco se mostraba a nuestra derecha en este día tan agradable. 


Siguiendo la pista, entre canto de pájaros y el vuelo de un depredador alado que no he sabido identificar, hemos llegado ante nuestro último hito antes de llegar a Arazuri.



Es el paso bajo la Ronda que rodea Pamplona y comarca. Lo que no sé es por qué las columnas y soportes de la izquierda llevan el logo de la Mancomunidad y las de la derecha no. Mejor no preguntar, que ya les tengo un poco hartos. Y así hemos llegado al final.

Krispys ha liquidado el agua y parte de la manzana. Yo la demás, y me ha  sentado fatal, por tonto. Hemos comenzado el camino de vuelta, presurosos, con el sol de frente y el aire de espaldas, a gusto, al menos yo.

Y así ha terminado nuestro paseo, que nos ha gustado, y dejado con ganas de repetir. 
Ahora, después de un cuidadoso cepillado y  un examen de orejas, pezuñitas, hocico y demás, en busca de garrapatas (hoy también le he puesto su primera pipeta), ha comido su salchicha de pavo y está durmiendo, no sin haberse meado el muy c***** a todo lo largo de la terraza.

Descansaremos, ya que a las 19,30 tiene sesión de pelota con Maite, y tiene que estar preparado. Y lo estará, sin duda.

lunes, 30 de marzo de 2015

Objetivo común

¡Cuánto debemos aprender
los "humanos"!
Aquí están. Dos grandes amigos. Bueno, uno más grande que otro, claro. Acostumbran a compartir bastantes ratos. Cuando vuelven de su paseo, en ocasiones coinciden y Krispys se le acerca a la carrera saltándole en el hocico y realizando un sinfín de cabriolas, de juego y alegría, realizando su "adversario" todo un ejercicio de paciencia y buen humor.

Y eso que Krispys es un poco miedica. Cuando no conoce al otro perrito, o persona, no se acerca mucho, actúa con precaución, pero luego no hay quien lo pare. Ellos ya saben cómo tratarse y no debemos ser tan cautelosos. ¿Que uno gruñe? ¿Y qué quieres que haga un perro? ¿Cantar una jota? Pues claro que no.

Ojala nos comportáramos nosotros de una manera tan directa, sin dobles sentidos ni mentiras, buscando, como en esta foto un "objetivo" común placentero para los dos. Pero por si acaso no asomo la nariz, no vaya a ser  que no haya lugar para tres

miércoles, 25 de marzo de 2015

Krispys en Mordor

Bajo el ojo de ChuSauron

Sí, sí, que no es para reírse. Viento, lluvia, mucha lluvia. Frío, mucho frío. Y en vez de volcanes, nos rodea la nieve. Unos pocos días pre-primaverales, y hemos vuelto a abrigarnos, con más desgana, si cabe.

Con lo poco que le-nos gusta pasar un montón de rato preparándonos para salir. El pobre Krispys, desde que aquél noviembre salió de su Comarca, sólo se ha encontrado agua, frío, viento, nieve, hielo, algún día de calor. Y cariño, mucho cariño, por parte de toda La Compañía.
Sin embargo, está creciendo; y en este viaje está intentando buscar su lugar en la Tierra Media, y no le da ningún miedo provocar a ChuSauron, tanto en casa como en la calle.

En la calle buscando, en cuanto sale, el pan élfico que tiran desde las ventanas para alimentar a las palomas, y de paso, todo lo que pilla; desobedeciendo cuando le viene en gana, provocando la ira de ChuSauron. Y jugando, jugando, jugando... detrás de la pelota, los objetos que se lleva el aire... lo que sea.  Pero sintiendo la mirada que todo lo ve.
Y en casa, jugando, pero también peleando con La Mano, aunque no sea portadora de ningún anillo, lanzándose bravamente hacia ella para mordisquearla y empujarla sin compasión, pero con pasión, y a veces ira desatada, con la vana esperanza de vencerme, porque si alguna vez sale victorioso, sabrá que ha ganado su primera batalla en la conquista de Su Tierra Media.

Y eso no lo puedo consentir porque no tengo ninguna gana de tener que huir y cambiar de domicilio.

Ha comenzado la guerra: La mirada limpia y el corazón bravo, audaz e inconsciente de Krispys, contra la paciencia, berridos, correa en mano, de ChuSauron.

¿Quién vencerá? Yo apostaría por mí, pero tiene muchos y poderosos aliados.


viernes, 20 de marzo de 2015

PUMBA

Y su famillia.

Hoy el protagonista no es Krispys, aunque muy bien podría serlo, ya que las palabras del Gran Pepe Sordisas, que tan acertada y cariñosamente nos escribe en su blog, tan ameno, instructivo e informativo -Diario de un re-Implantado coclear-.

Llegó, y como tan a menudo ocurre, se hizo un hueco en la casa y le abrieron también un espacio inmenso en su corazón para intentar albergar todo el cariño que les entrega apasionada y desinteresadamente.

Además, un perrito en casa de un sordo, con implante o sin implante, se convierte en un chivato impenitente cuando se trata de avisarte de que llaman a la puerta o al teléfono.

Y ahora os transcribo lo que nos cuenta Pepe, y luego (o antes) os animo a visitar su blog, y también el de Pumba. Los enlaces los tenéis en la columna de la derecha.

Bueno, va:


"Día 2255. Akuna-matata (una historia de amor)

Al abrir la puerta de aquel 19 de marzo de hace 4 años, envuelto en una toalla, escuchaste por primera vez mi voz diciéndote, recuerdo perfectamente, "Anda, qué chiquitajo!" 
Jugamos un rato, y conectamos como si nos conociéramos de siempre, quien sabe si de vidas pasadas. Fueron unos minutos, y volviste a tu casa, con tu amo, mi hijo.
Te entregaron enfermito, con un moquillo que hacía presagiar lo peor. El veterinario,  como último recurso a la desesperada, te puso una inyección. Y decidiste vivir en esta familia.
Meses después volviste a esta que sería tu casa hasta la fecha, la de los padres de tu amo.
Lucía no quería perro, no le gustaban. Pero en pocos días la enamoraste. Tienes ese carácter dócil, bondadoso,  mimoso y dependiente que tienen los carlinos. Tus expresiones arrugadas nos arrancan sonrisas a menudo, como el dibujo animado de la película de donde viene tu nombre: Pumba.
Somos tus yayos. Recordamos a menudo lo que nos  reíamos  hace años de los que trataban a los perros como niños y mira por dónde. Hay que tener perro para entenderlo.
Para entender que desees llegar a casa y que te reciba a lametones. Para entender que le hables y creas que te contesta con sus ronroneos. Para entender que cambies tus planes si él no puede ir también. Para entender que se suba a tu cama y dejes que se acurruque contigo. Para entender que no puedes dejar de mirarlo mientras duerme, como si fuera un bebé.       
Estos últimos meses, tristes para la familia, has estado pendiente de nosotros, en especial de tu yaya, a quien adoras, porque sabes que necesita sonreír y que solo tú puedes conseguirlo. Y lo consigues. A pesar del trabajo que le das llenándole la casa de pelos, babas y juguetes, lo consigues.
Tienes esa energía especial que hace que la gente sonría a tu paso al verte esa carilla graciosa, siempre con la lengua fuera, como si, al igual que el Pumba de la película, repartieras akuna-matatas, repartieras felicidad.
Escribo estas lineas desde el sofá,  contigo a mi lado. Como cada noche, porque no dejas de ser un animal de costumbres, nos hemos comido la pera de postre, que nos repartimos,  hemos jugado a lanzarte el juguete, porque me lo exiges poniendomelo sobre la pierna y ahora no dejas de mirarme con esos ojitos negros de chantaje emocional, estás cansado y quieres irte a dormir.
Y acurrucarte al calor de tus yayos. Y ellos mirarte, felices de que estés ahí.

Nunca pensé que algo tan pequeño pudiera ser tan grande.
Te queremos,  chiquitajo."


lunes, 16 de marzo de 2015

Krispis & Lulú

No llega la "primavera".


Mirad qué pareja. El uno, pasa, la otra le da la espalda. Ya sé que hacía frío, pero podían haber disimulado un poquito.

Había quedado este jueves con Olga y su perrita Lulú con el fin de que Krispys y ella se conocieran. El objetivo era que surgiera el cariño entre ellos. Y, en cualquier caso, un deseo incontrolable. Pues ni lo uno ni lo otro. Más fríos que yo, que ya es decir. Se ve que al peke le está costando llegar a la adolescencia.

Olga los arropó y los mimó, y ni por esas. Creo que estaban fingiendo, porque wapos, lo son un montón; sin embargo, como buenos yorkis, no habrán querido descubrirse ante su pareja. ¡Para rato!

Aquí Olga los grabó mientras yo sujetaba las correas para evitar la desbandada, y como podréis apreciar, o no tenían mucho entusiasmo el uno por el otro o lo disimulaban muy bien:


En fin, Serafín. Esperemos que su próxima cita sea más amable y fructífera. Claro que también puede ser que Lulú todavía le guarda el luto al pobre Lucas. Porque con esta pareja, todo puede ser.


O vete a saber si no les gustaba el corte de pelo  de su contrario, tan distinto. Pero algo le dijo Krispys a Lulú, no sé qué pudo ser, que como podéis ver en su mirada, no le hizo mucha gracia. Vamos a tener que ensayar algunas frases. 

O mejor todavía: Otro día nos llevaremos a Amarilia, para que les amenice el encuentro cantando con una pandereta. No falla, fijo.




miércoles, 11 de marzo de 2015

No me lo puedo creer

¡¡¡Me ha vuelto a sorprender!!!

Es que no puedo aguantarme: Si no lo cuento, reviento.

El caso es que hoy ha estado jugando grandes ratos con la pelotita de ping pong. Pues bien, cuando íbamos a salir por la tarde, le he puesto su collar y ha desaparecido mientras yo me preparaba.

¿Y qué ha pasado? Pues que el peke me ha aparecido con la pelotita en la boca y la ha depositado en el suelo para que la cogiera y la llevara "de paseo".

Realmente, es un tipo inteligente, este Krispys.

Wapísimo

Su primer corte de pelo
Aquí está, en la terraza, encima de su alfombra terracera adquirida en "los chinos". Es que no hay quien le... bueno, nos haga entrar ahora que sale el sol. Por la mañana en la plaza (deberíais ver cómo está quedando de limpia, hoy con nueva maquinaria, jajajaaaa), jugando con la pelota de ping pong, y a la tarde, con la de ping pong, el balón, el mono, la zanahoria, el Chumariii... es que no se cansa nunca, el tío este.

El domingo ya le tocaba cortar el pelo. A mí me hace más gracia con la melena un poco más larga, pero tengo muchas dificultades para peinarle sin hacerle daño. Así que,  ¡a cortar!

Mi hermana le llamó, se lo puso encima, y tijera en mano le hizo una obra de arte. Algún trasquilón para diferenciarle de los demás, pero nada serio. ¡Y apenas se movió en su primer corte de pelo! ¡Qué tío! Digo... ¡qué perro!

La verdad es que en la ducha, cuando le baño, ya no me hace falta atarle: Baja las orejas resignado y aguanta como los buenos. Y el secador, casi: sólo me da la espalda.

Además, mañana tiene cita, para conocerse, y tiene que ir bien cepillado y arregladito, para causar buena impresión. Y ahora que lo pienso, tendré que afeitarme, puf.

Pues nada. Vamos a aprovechar un rato de sol antes de que se oculte, ya que está soplando un cierzo de los que hace ponerte el abrigo. Bendito clima beriniainense ;-(

sábado, 7 de marzo de 2015

3.050 gramos

De cariño, alegría y diversión
Ayer pesamos a Krispys. 3,050Kg. O sea, sin el collar, 3 Kg. No está nada mal. Es un pekeño jabato, ágil, fuerte, movido, corredor, juega sin descanso, no para, el muy truhán.

Come, come, come... más bien traga como si llegara tarde a algún sitio, aunque, también debo decirlo, cuando le damos su plato de menú de mediodía, se sienta y no se mueve hasta que le das la orden de comer. Y luego tiene su otro platito, siempre con pienso.

Y leche, claro, que le encanta.


Y así está él: musculado, potente, siempre dispuesto. Hay quien dirá que si el peso, el pecho ancho, blablabla...

Queremos un pero sano, fuerte, que esté contento. Me da igual gramo más, gramo menos, a pesar de que para mi brazo, cuanto menos pese, mejor. Pero 3 kg. está bien. Y seguramente ganará algo más.

3.050 gramos que se lanzan hacia tí apasionados, entregados, con una única misión, que cumple repetidamente, con ganas, acierto y con menciones de honor:

Hacerme feliz. 




miércoles, 4 de marzo de 2015

Esta es Ana

Mi nueva "vete"

¿Habéis visto qué wapa es? ha venido desde Órrius, allá por Barcelona. Es farmacéutica. En principio venía para cuidar de Chumari, pero nada más verme ha cambiado de oficio, y seguro seguro que conmigo va a tener mucha menos tarea. ¡¡¡Si soy un pekeño y fuerte yorkiii...!!! (en vez de un humano maduro y parcheado por todos lados)

Se nota que ha sido mimada y bendecida con cariño y deseo fuertemente que lo reparta a su alrededor. Seguro que sí.

Pertenece a una familia muy conocida, las Pilucas, y tiene muchas hermanitas, aunque no sean tan guapas como Ana. Bueno, casi, casi lo son.

Así que ahora, en cuanto la necesite, dejará la farmacia y vendrá a curarme. Y con su cariño y buen hacer, pronto me curaré.

Un lametón muy grande para mamá Pili.


martes, 3 de marzo de 2015

Cuesta arriba, cuesta abajo...

No es inteligente ni nada, el peke!!!
Hoy ha hecho un buen día y hemos ido  de nuevo al parque. Como se podía esperar, no ha parado quieto, incordiando a sus compañeros (tooooooooodos blancos), menos a Gus, por si las moscas. (Es un cascarrabias, como MamáGus)

Y paseando, paseando, han sacado una castaña para que jugara Rita y, como era de esperar, se la ha apropiado Krispys, ya que tenía ventaja al estar suelto.

La cogía con la boca, la tiraba al aire, la empujaba con sus patitas... feliz, vaya. Y con ella en la boca hemos seguido paseando (en la boca de Krispys, claro).

Enseguida hemos legado al "anfiteatro", con su fuerte cuesta de hierba que lo rodea. ¿Y qué ha ideado el peke para divertirse?



Subía con la castaña en la boca, la dejaba en el suelo y después la echaba a rodar cuesta abajo, una y otra vez, empujándola con el hocico o las patitas.

Arriba, abajo. Sube, baja. Una y otra vez. ¿Creíais que iba a decir incansable? Pues no, porque cada vez subía menos trecho de cuesta, y por fin, además, descansaba un ratito antes de echarla a rodar. Pero es que habrá estado media hora o más subiendo y bajando.

Y yo allí, contemplando; de pie, riendo las gracias de los paseantes que de vez en cuando se acercaban, muertos de risa, a realizar algún comentario. Pero henchido de gozo y orgullo, viéndolo disfrutar y pensando en cómo se le habría podido ocurrir tal juego.

Porque, de verdad, nunca hemos practicado nada que se parezca a eta acción. Su inteligencia y ganas de pasarlo bien lo han conseguido. Dicen que los perros se parecen a sus dueños (no me gusta esa palabra), pero seguro que me iría mejor si yo me pareciera a él.

Por cierto, que mis encantadoras amigas me han dejado allí tirado. Extasiado, pero abandonado. Y lo anoto aquí para recordárselo, aprovechando que mañana no estaré y no podrán tirarme del pelo.

lunes, 2 de marzo de 2015

Krispys cazapatos

La cosa promete.

Y no como un servidor, que creía que le había sacado un par de fotos en plena caza y nada, ni la sombra he pillado.

Hoy, por fin, no ha llovido. Todavía. Aunque la tierra de los parques está anegada. Y, tontamente, hemos estado casi 5 horas, paseando yo, y corriendo, saltando, incluso sólo andando, el incansable Krispys. Sólo una pequeña pausa en que le he subido a casa para bañarlo y secarlo. Pero después, al gran parque.

Ha conocido nuevos colegas, ha corrido y jugado con ellos y también con otros más allegados. En un momento dado ha percibido a una pareja de patos, con sus cua-cuas, y se ha dirigido hacia ellos como un meteoro.

Los ha acosado un rato desde detrás de la mini-barandilla que rodea el lago, y les ha seguido en su vuelo. Y la casualidad ha querido que pararan a pocos metros de una rampa de acceso al agua, y sin protección alguna. 

A pesar de mi llamada se ha lanzado a por ellos, y afortunadamente se ha parado cuando el agua le llegaba a las rodillas. O sea, enseguida. Y ahí se ha quedado, rremoloneando y ladrándoles, con ganas de zambullirse pero a la vez reticente.

Y menos mal, porque ya me veía otra vez con agua y jabón. Con lo asqueroso que está ese lago: parece la bañera de "El vengador tóxico" (uno de mis ídolos de cómic).
Muy guapo no es, pero sus pelis son muy divertidas, así como los cómics.

La foto del pekeño es de ayer a la mañana, y en ella está atento a los pajaritos que hay tras la valla, con la esperanza, supongo, de recibir un picotazo, porque otra cosa...


domingo, 1 de marzo de 2015

El "placer" de ser sordo

Los acúfenos
Creo que a la mayoría de la gente no hace falta que presente a nuestros eternos acompañantes. Parece mentira: No oyes nada y sin embargo no puedes estar en silencio. Es horroroso

Sin embargo, hay un momento del día (no siempre) en que el silencio me rodea: disfruto, lo siento, me cuesta mover una ceja para no romperlo. Es por las mañanas, cuando justo antes de salir con Krispys a la calle, enciendo y me coloco los procesadores.


Entonces, de repente, la escuadrilla de jets olvida sus juegos aéreos y desaparece. Silencio. Paz. Dicha. Puede durar unos segundos o unos pequeños ratos. Sobre todo los domingos es más duradero.

Salgo con el peke, y el gozo me envuelve. Resido en un lugar donde apenas circulan coches, y los peatones, en domingo, no pasan llevando sus hijos a la guardería. Silencio. Mis pisadas. Las uñitas de Krispys en el enlosado...
Pájaros, decenas de pájaros, una persiana, una ventana, el móvil detectando una red wifi, un mensaje, el ruido de la bolsita de plástico al ser manipulada... Ruidos que llegan desde el silencio, bocanadas de alegría, que no por su corta duración son menos dulces y gratificantes.

En esos momentos, los domingos menos, otros acontecimiento irrumpen en esa ausencia sonora: Los compañeros de paseo perruno rompen ese encanto con el suyo. Merece la pena, son fantásticos. Y mañana volveré a disfrutar.

Ahora me voy a pasear, que me esperan